¿CUANDO UN PESCADOR ES UN PESCADOR DE VERDAD?


¿Cuando creeis que me he sentido una pescadora de verdad?
Alguien pensará que la primera vez que un pesqué un pez, pero no.
Tampoco fue la primera vez que gané un concurso, para nada.
Ni cuando saqué la carpota de 7,200kg en Medellín.
Ni tan siquiera cuando me proclamé campeona de España con el equipo Andaluz.
Creo que un pescador no puede sentirse un pescador de verdad hasta que no tiene el coche lleno de moscas revoloteando, y eso es algo que me ha pasado hace relativamente poco.
No me dan asco los gusanos que usamos de cebo, desde el primer día me habitué a ellos. A veces los lanzas con el tirador y el retroceso hace que te caigan encima...es normal, cosas de la pesca. Se que  más de uno de vosotros pensaréis que es una guarrería, y no digo yo que no, pero los pescadores no podemos salir a echar un ratillo al río sin al menos un litro de gusanos. Sin embargo las moscas son otro cantar. Sí, son menos reugnantes que los gusanos, pero son tan plastas....moscas enormes  de alas pequeñas que zumban y casi ni vuelan...son un coñazo.
Resulta que en la Copa Colmic (fue a mediados de Diciembre) se me cayeron gusanos en la toalla que uso para secarme las manos cada vez que saco un pescado. No me di cuenta de ello, y con las ganas de recoger por lo mal que se me había dado esa competición, guardé el trapo sin sacudir dentro del macuto, y este a su vez en el coche. Cuando dos o tres  semanas después cogí mi Chatarra Veloz para ir a pescar, camino de Lora apareció una mosca revoloteando. Abrí la ventanilla y conseguí echarla. Al rato apareció otra...misma operación. No se, pero imagino que por lo menos de Sevilla a Lora abrí y cerré 20 veces la ventanilla.  Menos mal que eran consideradas y aparecían de una a una y no todas en tropel. Ayer fue 22 de Enero, y puedo decir que todavía tengo moscas en el coche. Se arreglaría con un poco de insecticida pero son gajes del oficio y sí, son  asquerosas y pesadas, pero inofensivas al fin y al cabo. 
  Así que creo que todo pescador que se precie ha debido de tener fuga de gusanos en alguna ocasión por el coche ¿verdad Antonio?. Gusanos que hacen sus capullos y se terminan convirtiendo en moscas cojoneras que entonan su zumbido al ritmo de la rádio del coche hasta que salen por la ventanilla a un mundo desconocido y que seguramente será su fin, porque son moscas automovilísticas, moscas de salpicadero y reposacabezas.
Y por hacerme sentir una verdadera pescadora,  he   aquí mi particular homenaje a estos bichejos plastas alados recordando una canción de Serrat (poema de Antonio Machado), o al menos una de sus estrofas:
Vosotras las familiares
inevitables, golosas
vosotras moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.

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