En
los tiempos que corren es de agradecer poder pasar un día de gran diversión que
nos haga olvidar por un rato el paro, el 21% y todo eso que nos quita el sueño.
Ayer
fue un día así. Hubo que madrugar, aunque al final se convirtió en no dormir,
viajar varias horas y pasar mucho calor, pero ¡como me divertí!
A
las 4 de la mañana estábamos 19 personas, entre pescadores y acompañantes,
cargando todos los chismes en un autobús que nos llevaría a la Charca de
Medellín, en Don Benito, Badajoz. Cuando conocí este escenario el año pasado en
el campeonato de España, me dije que tenía que llevar a mis compañeros del club
a que pescar allí. Fuimos el año pasado y les gustó tanto que hemos repetido este
año nuevamente porque el lugar merece el madrugón, el calor y las horas de
viaje. Yo no conozco otro lugar en el que la media de las carpas sea de 2kg. De
vez en cuando, en algún sitio sacas un carpón de 3 kilos, pero lo normal, en
los escenarios en los que me suelo mover y con la técnica de pesca que utilizo,
es sacar carpas de poco más de un kilo como mucho. La charca de Medellín es un
escenario pequeño pero con muchas y grandes carpas.
En
el campeonato conocí a Antonio Román, un chaval de allí que es un encanto y con
el que conecté estupendamente. Cada vez que voy para allá, es un gustazo
coincidir con él, y además se vuelca para que todo se organice en condiciones y
que disfrutemos en su tierra. Antonio, como siempre te digo, eres mi extremeño
favorito.
Así
que nos pusimos en camino hacia la Charca, todos con los ojos medio cerrados pero
al menos con la comodidad de ir en autobús, que quieras que no te permite dar
una cabezada con tranquilidad. Bueno, para algunos esa cabezada fue más larga
que para otros ¿verdad Carlos? Tus ronquidos no me dejaron dormir en todo el
viaje de ida jajajaja
Llegamos
con hambre de “tostá” con jamón y con ansia de carpas gordas y peleonas. Lo de
la tostada fue lo primero que solucionamos en una cafetería de Medellín. Allí
llegó a recibirnos mi amigo Antonio con el guarda de la charca y tras desayunar
por fin llegamos a la charca.
16
puesto y ninguna sombra, pero da igual, ¡¡a pescar, a pescar!! Varo dijo que
aquél que sacara la carpa más gorda tendría un trofeo especial de ese día a final de año, y como cualquier
excusa es buena para picarnos, siempre de forma sana por supuesto, pues ya
teníamos hasta el aliciente de la competición. En la punta de la izquierda
Bonilla, Antonio Román entre él y yo,
Soriano a mi derecha seguido de Carlos y así hasta 16 puestos. Juanlu, que
prefirió no pescar estaba de fotógrafo para inmortalizar la jornada.
Bonilla
empezó como un tiro. Él y yo teníamos la espina clavada de lo mal que se nos
había dado el nacional mixto allí en el mes de Marzo, así que empezar a sacar
carpas fue un gustazo. Yo tardé un poco en estrenarme, lo mismo que Soriano,
que se le soltaron varias, Carlos creo que no mucho. Antonio Román, que se conoce el escenario a
la perfección tampoco tardó en clavar la primera y fue quien nos iba aleccionando
de los misterios de la charca y sus grandes carpas. Normal que él se pusiera en
cabeza con una parpa de 3,700kg. Lo cierto es que no comían bien y costaba
clavarlas, pero poco a poco todos íbamos cogiendo y, por supuesto, nos
divertíamos. Yo escuchaba a Soriano y a Carlos decir que en este escenario la
gente disfruta, y es verdad, porque lo raro es ir y no pescar nada. Mis carpas estaban siendo de unos 2 kilos,
buenas, hermosas, pero no lo suficientemente grandes para ganar el trofeo.
Pasada la media mañana, Bonilla clavó una buena con la inglesa. Al momento otra
yo con la enchufable, y nuestro sedales se cruzaron por delante de Antonio
Román que clavó otra. Este chico, que es un cielo, viendo lo que podía pasar y como
él pesca cuando quiere allí, en un acto de generosidad, pegó un tirón a su caña
para soltar su carpa y evitar que enredáramos, ya que nosotros tres estábamos
pescando en el espacio de 2 puestos, y se veía que tanto la de Boni como la mía
eran grandes. Bonilla empezó a decir eso de “aquí esta la gorda, esta es la que
gana” y yo callada, jejejeje. Él tardó un rato en sacar la suya, de más de 4
kilos, y se puso en cabeza. Varo, nuestro insigne presidente, fue testigo del
peso y sacó la foto de rigor mientras yo seguía peleando con la mía. No estaba
dispuesta a perderla con las prisas, así que fui con calma para cansar bien el
pez. Cuando por fin salió, que gusto, ver esa carpa tan gorda en la sacadera, y
más ver el peso:
5,250kg.
Varo dio fe del peso y me sacó la foto. Me puse en cabeza y a ver quien es el
guapo que la supera. Allí hay carpas más grandes todavía, pero la cuestión es
que te tienen que picar y tienes que ser capaz de sacarlas, porque son listas y
hacen de todo para soltarse.
Así
que nos fuimos a comer. Para mi ese momento siempre es genial porque me río un
montón. Mis compañeros se meten mucho conmigo y yo me meto muuuucho más con
ellos, pero siempre de cachondeo y con mucho buen humor. Compartimos nuestra
comida y bebida. Je, si no llega a ser por Soriano, Bonilla no se toma ni una
cerveza, porque yo, que era la que me encargaba de llevar la bebida, confundí
en el súper las latas de cerveza del con
las de refresco de naranja jajajajajaja, ¡qué cabeza la mía! Para una vez que
no hay que conducir y yo no llevo cerveza jajajaja.
Tras
reponer fuerzas nos quedaba todavía una horilla y media de pesca, tiempo
suficiente para sacar una carpa todavía más grande que la mía. Cada vez que
Bonilla, Carlos o Soriano clavaban una se escuchaba la misma cantinela “ésta,
ésta va a superar la de Marga” “foto, foto”….puf, y yo picándoles, ”venga
pesaos, a ver si la sacáis de una vez y dejáis de dar por c…” jejejeje, pero
no, salieron más carpas y muy grandes, pero ninguna superó la mía jejeje. Varo,
que era de los pocos que no había sacado nada en todo el día se cambió de sitio
y Bonilla dejó de pescar y se puso a ayudarle para ver si conseguía sacar
alguna, y vaya que si las sacó, dos carpotas como dos soles. Antonio Román hizo
lo mismo con Antoñito, un chiquillo que no había tampoco sacado nada en todo el
día y que al final se fue satisfecho por poder sacar una carpa de 3 kilos
gracias a los consejos y ayuda del extremeño. Hasta Juanlu, que no había
llevado sus cañas, había sacado varios peces
en la jornada de la mañana utilizando la caña de Soriano, que muy
amablemente le cedió su sitio para que pudiera probar el escenario. ¡Pero de cuánta buena gente estoy rodeada cada vez
que voy a pescar!, que gustazo poder estar con personas así. Así que de todos los
que íbamos a pescar, menos el padre de Antonio, que fue el único bolo, pero que
se quedó satisfecho con el carpón que consiguió sacar su hijo su hijo, unos más
y otros menos, pescamos, disfrutamos y nos divertimos.
Nos
despedimos de Antonio, dándole las gracias por organizarnos tan grata jornada
de pesca y prometiendo que nos devolverá la visita a Sevilla.
El
viaje fue divertido, dormimos siesta, comimos bizcocho y, sin querer hacer
ninguna rima, estábamos de vuelta a las 8.
Queremos
volver a la Charca, queremos que compañeros que este año por circunstancias personales
no han podido venir vuelvan la próxima vez y a ser posible que otros que
todavía no la conocen se animen, porque
es un sitio genial y que se disfruta y más si vas rodeado de tan buena gente.
GRACIAS a vosotros!! Que sois geniales y nos lo pasamos genial!! Eso sí.... tengo que hacer una coletilla, los hombres fuimos caballeroso y dejamos que la carpa mayor la cogiera una dama!! jejeje!!
ResponderEliminarBESAZOS y ahora a esperar a la siguiente jornada de pesca en la charca y mientras a seguirla engordando!!!