Disfrutar.
Eso es lo que quiero y necesito ahora mismo en la pesca, y
de momento lo voy consiguiendo.
Hace tres semanas me invitaron, junto con unos compañeros
más, a ir a pasar un fin de semana a Olivenza a casa de mi buen amigo Germán.
El fin de semana planteaba varios objetivos:
1. Pasar el fin de semana con los amigos (risas, cubatas y
muy muy buen rollo)
2. Pescar barbos en los corrientones del río Guadiama
3. Comer migas preparadas por Isabel, la madre de Germán.
La comitiva estaba formada por Germán, nuestro anfitrión,
Soriano, Carlos, Verdugo, Juanlu y yo(nos faltaron Añón y José Luis, que
hubiesen redondeado el grupo a la perfección)
El fin de semana empezaba el sábado a mediodía, una vez que
Germán saliera de currar. Tanto él como Carlos, Soriano y yo disponíamos
del lunes libre, así que la vuelta sería
en dos tandas, ya que Juanlu y Verdu debían volver el domingo por la tarde. Una
pena, pero menos es nada, como se suele decir.
Os puedo decir que ya desde la salida empezamos a
reírnos de lo lindo. Imposible que el
objetivo número uno no se cumpliera.
Cuando llegamos a la casa de los padres de Germán, estos nos
recibieron con los brazos abiertos, sus padres, Isabel y Pedro, sus tíos,
hermano, cuñada, sobrinos….todos encantadores, campechanos y fantásticos. ¡Qué
maravilla de familia! El fin de semana prometía…
Lombrices. Soriano quería lombrices y Germán no le dejó
comprar porque “en mi pueblo vamos a
coger las mejores lombrices que puedas necesitar”. Así que hechas las presentaciones,
nos fuimos a coger lombrices. Y lo que suele pasar, a excepción de Germán, que
es más de campo que un gurumelo, aquí,
yo, la princesa, con sus uñitas pintadas, no tuve problema en empezar a
meter las manos en el barro y a sacar unas lombrizacas estupendas. Mientras, el
resto de la comitiva miraba, se agachaba, indicaba…..pero hasta que no pasó un
buen rato, ninguno se manchó las manitas,¡qué chicos tan refinados!, pero poco a
poco se fueron animando.
Y que decir, después de aquello, ya con las manos limpias,
merienda, cena, cubatas, guitarreo, risas…..hasta las tantas. Algunos no
dormimos ni cinco minutos. Los que más, un par de horas. Y a eso de las 7 de la
mañana, ahí estaba Isabel preparando las migas con chorizo para desayunar.
Pedazo de plato me metí entre pecho y espalda!!! Mis compañeros y yo estábamos
cansados pero las migas no sentaron divino. Tercer objetivo cumplido con
creces. ¡Madre mía la vitalidad que dan unas buenas migas por la mañana después
de una noche de juerga!
Y os preguntaréis, y pescar ¿cuándo? Tranquilos, que todo
llega.
Después de dar cuenta de las migas, cogimos las cañas y al
río. ¡Qué bonito es aquello! Fuimos
andando a la vera del río buscando un lugar por donde poder acceder a piedras
en mitad de la corriente donde poder colocarnos con las boloñesas y intentar
sacar los barbos. Casi nada más empezar,
el maestro Soriano sacó un barbo….y fue el único de la mañana. Germán y Verdu
sacaron un pez gato cada uno. Carlos un carpín y Juanlu y yo de bolo. Los
barbos no dieron la cara. Aproveché para probar por primera vez la pesca el black bass, y aunque
tampoco se sacó ninguno, me encantó la experiencia por ser una pesca de
acarrear pocos chismes y de dar bonitos paseos a la orilla de ríos y pantanos.
Así que, tristemente, el objetivo número 2, no pudo
realizarse en condiciones, los barbos no quisieron darnos la bienvenida a
Olivenza.
Otra pena fue que, después de comer, Verdu y Juanlu se
tuvieron que volver a Sevilla.
El resto del domingo transcurrió tranquilo, con siesta, el
clásico Madrid–Barça, cena, copitas y más risas.
El lunes, como buen anfitrión, Germán nos llevó a conocer su
pueblo, Olivenza, del cual se siente muy orgulloso y no es para menos. Es un
pueblo muy bonito y muy, muy cuidado. Después pasamos a ver a nuestros vecinos
portugueses en Elva, que también es precioso, aunque no está tan bien cuidado.
Pasamos las últimas horas comiendo con la familia de Germán
y descansando un poco para realizar el viaje de vuelta.
Por cierto, es de justicia que aquí hable de lo bien que
cocina Isabel, la madre de Germán. No sólo las migas, tremenda ensaladilla,
pedazo de tortilla de papas con chorizo, increíble guiso de judías. Y la carne
de la carnicería de Juan, el hermano de Germán, cocinada a la plancha por Pedro, el padre…..¡¡¡¡madre mía, que lote más bueno de comer!!!. Cada vez que me acuerdo
de la ensaladilla de Isabel se me caen dos lagrimones de añoranza….¡¡¡qué
buena!!!
Y, claro, con tal acogida por esta fantástica familia que no
se hartaron de nosotros, lo bien que nos trataron, lo bonito que es aquello y
como el objetivo pesquero no pudo realizarse en condiciones, hemos prometido
volver cuando apriete el calor y disfrutar de la pesca de los barbos comizos en
los corrientones del Guadiana.
De izquierda a derecha: Juanlu, Carlos, Verdugo, yo misma, Germán y Soriano |
Este fin de semana, que me saca una sonrisa cada vez que lo
recuerdo, no hubiera sido posible sin ellos. Mis compañeros, mis amigos, y con
permiso de sus respectivas y de mi respectivo, mis chicos. Este grupo de
pescadores, que en un principio eran compañeros de pesca, ahora se han
convertido en grandes amigos a los que quiero y respeto: mi Germán, mi Juanlu,
mi Carlos, mi Verdu, mi Sori, mi Boni, mi Añón y mi José Luis. Sin ellos, sin
el resto de compañeros del Club de Pesca Alcosa, nunca hubiera llegado a
conseguir lo conseguido en la pesca. Sin ellos seguro que ya hubiera abandonado
este deporte. Sin ellos, aunque siguiera pescando, no sería igual de divertido
ni me llenaría tanto. Sin ellos, estoy completamente segura de que no volvería
a disfrutar de este deporte. Me siento tremendamente afortunada de haber
encontrado un grupo de hombres en el que sentirme tan bien, donde me tratan
como a su princesa (aunque siempre hablen de tirarme al río y abandonarme en
cualquier recodo). En este deporte, eminentemente de hombres, me siento entre
ellos como una igual, querida y respetada. Les adoro, no puedo decir otra cosa,
y saben que aquí está SU MARGA, para lo que necesiten, en la pesca y fuera de
ella. Ellos son y serán lo mejor en mis días de pesca.
Creo voy hacerme Niña Pescadori también. Me encanta tu blog como todo lo que haces. Te quiero Marga
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